Publicado en La Tribuna del Pais Vasco el 8 de octubre de 2016
Cristina Sánchez, Periodista.
Quizá sea Gran Vía en Madrid uno de los lugares con mayor personalidad transversal que se pueden elegir para comenzar una andadura que tiene vocación de ello. Defensa Social nace para “escuchar”, (el feedback anglosajón), con el compromiso de crecer con todas aquellas personas que tienen el coraje de reconocer que hay otra forma de hacer política: la política abierta. En todas las épocas y en todas las coyunturas históricas, las personas que se situaron en otro paradigma son las que han hecho posible el progreso en todos sus ámbitos, científico, filosófico, meta político, político, espiritual… Lo dijo Einstein, “Los problemas no se pueden solucionar en el mismo nivel de conciencia en el que fueron creados”.
El actual régimen y sistema político hace aguas desde muchos frentes. Nuestros cauces de representación han quedado seriamente dañados al advertirse que los instrumentos diseñados para ello han olvidado que trabajan para el bien común, y no para acumular poder abusando del nepotismo más arcaico, produciendo pesebres a lo largo y ancho de la Administración, llevándonos a un frustrante callejón sin salida. A ello se debe la actual parálisis institucional española. Se han dejado de lado principios como la honestidad, los políticos no son consecuentes. No hacen lo que dicen que van a hacer, hecho que trae consigo la perversión de la palabra, y con ello el descrédito que incita a la desesperanza generalizada, o a bochornosos espectáculos como el que se daba a sólo unos metros en la calle Ferraz.
En la “Era de la Información”, Defensa Social nace con el compromiso de encontrar nuevos cauces de participación, aprovechando el mayor nivel de educación y acceso a la información y la democratización de las tecnologías. Con una promesa de innovación que pide paso a gritos.